sábado, 1 de junio de 2013

El mundo comunista. La Europa del Este

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la URSS organizó las democracias populares en los Estados de Europa oriental (Polonia, R.D. Alemana, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia y Albania), dirigidos por partidos comunistas sometidos al ejército soviético. Algunos países buscaron modelos diferentes, como Yugoslavia, donde su líder Tito estableció un sistema intermedio entre el socialismo y el capitalismo. 
Los vínculos económicos entre la URSS y los países del Este se organizaron siguiendo los principios de la planificación socialista controlados por el COMECON -hasta su disolución en 1991- del que dependían los suministros de materias primas.
Las diferencias históricas, étnicas o religiosas de cada Estado hacían difícil el establecimiento de un único modelo económico. La excesiva centralización, la falta de información sobre los recursos disponibles, el nulo estudio de la demanda y la mala calidad de la producción provocaban una crisis económica continua.
Las protestas más significativas en estos países fueron las siguientes:  
Fuente Kairos
En Polonia, las protestas del sindicato Solidaridad obligaron a reformar la constitución y convocar elecciones, tras las cuales se aceptó la pluralidad política y el libre mercado.
En 1989, los veraneantes de la RDA en Hungría se negaron a volver a su país. Exigieron y consiguieron el paso a la Alemania occidental (RFA). En varios países se ocuparon embajadas de la RFA reclamando el mismo derecho.
En Checoslovaquia se produjeron manifestaciones lideradas por el dramaturgo Havel, reclamando un nuevo modelo político (La República Checa y Eslovaquia se separaron en 1993). 
La noche del 9 de noviembre de 1989, caía el Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría. Alemania se reunificó un año más tarde y se ha convertido en la primera potencia europea.
Rumania vivió una revolución sangrienta (21-25 de diciembre de 1989) que concluyó con la ejecución del dictador Ceaucescu e  implantó el pluripartidismo y la privatización agraria e industrial.
El fin del comunismo supuso en Yugoslavia el despertar de los viejos nacionalismos y los enfrentamientos entre ellos. Los nuevos Estados (Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia, Macedonia y Montenegro) han vivido numerosas guerras entre 1991 y 1999.

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