La desacreditada política del Imperio Manchú llegó a su fin con la revolución de 1911, que implantó la República China.
Pero no se resolvieron los problemas económicos ni el dominio imperialista sobre China. La llegada al poder de Chiang Kai-shek al mando del ejército nacionalista del Kuomintang (Partido Nacional del Pueblo) permitió unificar el país en 1928.
Sin embargo, los comunistas resistieron frente al creciente conservadurismo del Kuomintang, y el Ejército Rojo, dirigido por Mao Tse-tung, fue obligado a huir hacia Yenan (la Larga Marcha 1934.-1936). Mao elaboró allí la doctrina de la Nueva Frontera con el apoyo de la población campesina.
Durante la guerra con Japón (1937) los comunistas de Mao y el presidente Chiang Kai-shek pactaron para enfrentarse al enemigo común.
Pero, finalizada la II Guerra Mundial con la derrota japonesa, comenzó la guerra civil (1946-49) entre nacionalistas y comunistas. Mao Tse-tung, con colaboración campesina, venció en 1949, proclamando la República Popular China, mientras Chiang Kai-shek y los nacionalistas se refugiaron en Taiwan.
Mao (1949-1976), jefe del Estado, inició un régimen político y militar inspirado en la URSS, implantando la colectivización agrícola y la industria pesada, y reformando toda la sociedad. Su influencia se dejó notar en otros países del entorno (Corea, Indochina).
Fuente CNICE |
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