viernes, 22 de febrero de 2013

Textos fascismos


Como antiindividualista, el sistema de vida fascista pone de relieve la importancia del Estado y reconoce al individuo sólo en la medida que sus intereses coinciden con los del Estado, que representa la conciencia y la universalidad del hombre como entidad histórica [...]. El liberalismo negó al Estado en nombre del individuo; el fascismo reafirma los derechos del Estado como la expresión de la verdadera esencia de lo individual [...]. La concepción fascista del Estado lo abarca todo; fuera de él no pueden existir valores humanos o espirituales. Entendido de esta forma, el fascismo es totalitarismo y el Estado fascista [...] interpreta, desarro!la y otorga poder adicional a toda la vida del pueblo [...].
Quien dice liberalismo dice individuo, y quien dice fascismo, dice Estado. El fascismo desea que el Estado sea fuerte y orgánico y que se alce sobre fundamentos sólidos que tengan el apoyo popular. El Estado fascista pretende dirigir también el campo económico. Quiere que su acción se oiga en todo el país mediante sus instituciones corporativas, sociales y educacionales y todas las fuerzas políticas, económicas y espirituales de la nación, organizadas en sus asociaciones respectivas. difundidas por todo el Estado [...]. El Estado fascista es una voluntad de potencia y de imperio. La tradición romana es aquí una idea: la fuerza. Según la doctrina fascista, el imperio no es tan sólo una expresión territorial, mercantil o militar, sino espiritual [...].
Que el fascismo es una doctrina de vida lo demuestra el hecho de que se ha creado una fe y que esta fe ha conquistado las almas; lo prueba el hecho de que ha habido hombres que han muerto por el fascismo y que el fascismo ha tenido sus mártires.
MUSSOLINI, B.: La doctrina del fascismo, 1932

Sin Mussolini es imposible concebir el fascismo (...). Mussolini ha abierto a la Italia contemporánea su ruta. Y contra una humanidad bajo la plena y entera supremacía del Liberalismo, ha osado por vez primera el experimento de encuadrar a los hombres en marcos radicalmente renovados, de proponerles incluso un ideario social y nacional nuevo. (...) El fascismo ha resultado, por consiguiente, el primer proceso político victorioso contra el Liberalismo.
Generalizando más, contra aquella corriente ideológica y mitológica que, derramada inicialmente en 1789 con la toma de la Bastilla, inundó después, unas tras otras, las naciones y las azotó con una secuela de convulsiones revolucionarias y, al final, hizo sumergirse a los pueblos en el pantano del marxismo, la democracia, la anarquía, la lucha de clases. Mussolini había opuesto por primera vez a aquella corriente una noción de solidaridad nacional unificadora de clases.
Goebbels, Nosotros los alemanes y el fascismo de Mussolini

El alma de las masas sólo es accesible a formulaciones rotundas y fuertes. Así como las mujeres son poco hábiles para los razonamientos abstractos y por el contrario experimentan una gran atracción sentimental hacia las actitudes fuertes y se someten al fuerte al tiempo que dominan al débil, las masas prefieren más al fuerte que al débil y se sienten más seguras con una doctrina que no acepta a ninguna otra que con una tolerancia liberal. La tolerancia les produce una sensación de abandono. El que se ejerza sobre ella un impúdico terrorismo intelectual o que se le permita ejercer su libertad humana, nada de ello le importa (...) 
La capacidad de asimilación de la gran masa es muy reducida, su inteligencia pequeña y su falta de memoria, grande. De esta forma, toda propaganda eficaz debe limitarse a pocos puntos, convirtiéndolos en fórmulas estereotipadas, repitiéndolas siempre que sea necesario hasta que el último de los oyentes pueda entenderlos (...) La gran masa no está compuesta por profesores ni diplomados. Es poco hábil para las ideas abstractas. Por el contrario, se la dominará fácilmente en el terreno de los sentimientos, allí donde se encuentra el resorte secreto de sus reacciones, sean positivas o negativas (. ..)
Fundamentar una cosa sobre los sentimientos de la masa exige que éstos sean muy estables. La fe es más difícil de destruir que la ciencia, el amor cambia menos que la estima, el odio dura más que la antipatía. En todas las épocas, la fuerza que ha originado las revoluciones más violentas se ha fundado menos en una idea científica aceptada por las masas que en el fanatismo y en la histeria que les arrastraba. Quien quiera conquistar a las masas debe conocer la llave que abre su corazón. En este terreno, la objetividad significa debilidad; la fuerza reside en la voluntad (...)
Adolf Hitler, Mi Lucha

"La violencia no es inmoral y hasta es moral a veces. Nosotros negamos a nuestros enemigos el derecho a protestar contra nuestra violencia. Comparada a la cometida en los años 1919 y 1920, o la ejercida por los bolcheviques en Rusia, donde dos millones de personas fueron ejecutadas y otros dos millones encarceladas, nuestra violencia es un juego de niños. Por otra parte, la violencia es eficaz. En el verano de 1922, cuarenta y ocho horas de violencia sistemática nos permitieron obtener lo que no hubiéramos obtenido en cuarenta y ocho años de propaganda. Así la violencia que despeje una situación gangrenosa es violencia necesaria, santa y sagrada.
No cabe gobernar a las naciones sin una mano de acero y sin una voluntad de hierro. Los hombres están fatigados de la libertad por haber hecho de ella una orgía. Para la juventud intrépida, inquieta, ruda, que se levanta en el crepúsculo matutino de la historia nueva, otras palabras ejercen una fascinación mayor, y esas palabras se reducen a tres: orden, jerarquía y disciplina."
Benito Mussolini, El fascismo expuesto por Mussolini, Madrid, 1934

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