Cuando Felipe V, Borbón, francés, duque de Anjou, fue elegido rey de España en el año 1700, su abuelo Luis XIV, rey de Francia, convocó a su corte de París para presentar al duque de Anjou como el futuro rey español. Luis XIV dijo:
He aquí, ante vosotros, al rey de España. Su nacimiento lo ha llamado a ostentar esa corona. Los españoles y lo aclaman con anhelo. Vos -dijo dirigiéndose a su nieto- sed des hoy mismo un buen español; ese es vuestro primer deber. Pero recordad que habéis nacido francés, para mantener la unión entre las dos naciones.
En aquel momento, emocionado, el embajador de España ante el rey Sol, el marqués de Castelldosrius, dijo una frase que ha pasado a la historia pero que no fue demasiado acertada en base a la historia, todo sea dicho. El embajador dijo: “¡Qué gozo! Ya no hay Pirineos”.
Así llego el primer rey de la casa Borbón al trono español, que tuvo además el reinado más largo de la historia de España, hasta hoy. En contra de los deseos, bienintencionados sin duda, del embajador, los Pirineos no desaparecieron. Y tal es así que un siglo después franceses, aunque fueran otros, y españoles estaban en guerra.
Tomado de curistoria.com
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