En Moscú está el laboratorio encargado de la conservación del cuerpo
de Vladimir Lenin, fallecido en 1924, y que desde entonces ha estado
expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja, hasta el pasado mes de
diciembre, cuando el edificio donde se encuentra fue cerrado por
reformas. El lugar ha sido durante años uno de los centros de mayor
interés turístico de Moscú.
Los rusos tienen el mayor reconocimiento y tradición a la hora de
embalsamar a sus muertos mediante una técnica por la que se vacía la
sangre, se extraen los órganos y se deja el cadáver en un líquido que
permite conservarle durante mucho tiempo.
El Instituto ruso de Plantas Medicinales y Aromáticas guarda la
fórmula aplicada a Lenín y otros líderes políticos como Josef Stalin,
fallecido en 1953, que fue embalsamado y exhibido junto al de Lenin.
EFE
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Madrid
| Actualizado el 08/03/2013
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