TRÁGICO ATENTADO EN BOSNIA. ASESINATO DEL ARCHIDUQUE HEREDERO DE AUSTRIAEL DOBLE CRIMEN
Pincha aquí para acceder al documento.PARÍS, 28. El telégrafo sigue comunicando detalles del terrible atentado cometido en Sarajevo, y las nuevas noticias aumentan el horror de la tragedia en que ha perdido la vida el Archiduque heredero de Austria Hungría y su esposa, la Duquesa de Hohenberg.
Al dirigirse el Archiduque al Ayuntamiento, aglomerábase en la calle un enorme público, que le aclamaba con entusiasmo.
Frente al Banco de la Unión, según ha declarado un testigo presencial, el sastre Mavossi, cuando llegaba el automóvil del Príncipe, se adelantó un obrero y arrojó un objeto al carruaje. El Archiduque, que se dio perfecta cuenta del atentado, se levantó en el acto, dando pruebas de enorme serenidad, y con el brazo derecho lanzó violentamente la bomba hacia atrás. La bomba cayó al pie del carruaje que seguía, en el cual iban los oficiales del séquito, señores conde Doss Valdeck y teniente coronel ayudante Merizzi. La bomba estalló, hiriendo levemente a los dos personajes citados, y a otras seis personas más de las que figuraban en la comitiva oficial. Estas últimas están heridas de gravedad. La circunstancia de haber estallado el proyectil en el suelo, casi debajo del carruaje, evitó que la desgracia fuera mayor. La bomba tenía la forma de botella y estaba cargada con clavos, trozos de plomo y perdigones. La fuerza era tan grande que los proyectiles llegaron a atravesar las persianas metálicas de algunos establecimientos cercanos....
(...) Parece que las autoridades trataron de redoblar las precauciones; pero el archiduque se negó diciendo tranquilamente:
- “Ya se que no voy a morir de muerte natural”
Se dice que la princesa rogó en el Ayuntamiento a su esposo que pidiera un coche ce-rrado. - "Estas calles son muy estrechas y es imposible evitar un atentado" - dijo.
Pero el jefe de la gendarmería se apresuró a exclamar:
- "Señora: en Sarajevo no puede haber más que un asesino"
Desgraciadamente los temores de la condesa Sofía, y el terrible vaticinio del Archidu-que, no tardaron en confirmarse. El primer proyectil que disparó el estudiante Princip atravesó la madera del automóvil en que iban los Archiduques, e hirió a la Archiduquesa en el lado derecho del vientre. El segundo disparo hirió al Archiduque en el cuello, seccionándole la carótida. La Archiduquesa perdió el conocimiento en el acto y cayó sobre las rodillas de su esposo, y en este momento recibió él la herida, cayendo desma-yado cuando intentaba amparar a su esposa. Ya no volvieron en sí, falleciendo a los pocos minutos de haber entrado en el Palacio...
Periódico "LA ÉPOCA”. Lunes, 29 de Junio de 1914.
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